Decíamos (en la última entrada) “…la unidad (popular) hay que construirla desde abajo. Si es por arriba, con un simple acuerdo de las cúpulas, puede ser efímero e inestable, aunque también sea necesario caminar en esa dirección por la excepcionalidad del momento y la proximidad de las elecciones. La opción más plausible y necesaria, además de rápida, es la creación de Asambleas Ciudadanas unitarias en cada localidad”.
En la mayoría de los municipios de España las Candidaturas de Unidad Popular (CUP) que se han presentado a las elecciones municipales no recogen la totalidad de la pluralidad social progresista. Pero en muchos sitios sí se ha avanzado claramente en este sentido y es justo en estos donde el resultado electoral ha sido un éxito y ha mostrado la viabilidad de estos proyectos. En Barcelona, Zaragoza, Coruña, Madrid, Ferrol, Cadiz... y numerosas ciudades pequeñas, las CUP, bien como coaliciones o nuevos partidos, han mostrado el camino a seguir, a pesar de sus insuficiencias e imperfecciones. Ahora es el momento de dar un paso más, un avance a nivel local que repercutirá en políticas generales en el medio plazo.
Bueno, maticemos: ahora es “casi” el momento. Por medio quedan las elecciones generales que pueden ser un obstáculo en el corto plazo. Realmente el momento óptimo para la constitución de nuevas Asambleas Ciudadanas será después de las votaciones a las Cortes, a partir de enero. Por medio nos queda la posible unidad de todas las fuerzas progresistas nacionales en candidaturas del tipo de “Ahora en Común”. Pero las posibilidades de que esto se dé, hoy por hoy, es prácticamente nula. Pero se puede ir trabajando en paralelo, a nivel local y general.
Ahora en Común ¿ahora?
Son dos procesos diferentes:
Por un lado tenemos a numerosos colectivos y partidos que quieren que haya candidaturas unitarias progresistas a las elecciones generales, a partir de la experiencia de las municipales. Equo y la coalición Izquierda Unida están especialmente interesados en este proceso ya que saben que, si se presentan en solitario, sus expectativas electorales son muy escasas. Pero el partido Podemos ya ha dicho que no, que no entrará en ese proceso unitario a nivel estatal. Solo lo intentará en algunas comunidades autónomas, ahora llamadas ecosistemas políticos especiales. Y, además, ya ha realizado un referéndum interno, donde no se podía votar la primera opción, solo las otras dos: o acuerdos regionales o nada (resultado: intentos regionales sí). Así las cosas es prácticamente imposible una unidad general, salvo que Iglesias vea la luz algún día (ya sabemos que lo que dice Iglesias va a misa). Por lo tanto lo más probable es que, salvo la excepción de algunos territorios, en las próximas elecciones generales tengamos dos candidaturas a la izquierda del Psoe: Podemos y “Ahora en Común”. Podemos con algunos independientes exIU (como Tania Sánchez) y exPsoe (como E. Mangada) y Ahora en Común, agrupando a todos los partidos fuera de y a personas que no han entrado en las candidaturas de Podemos.
Independientemente de que en algunos territorios o zonas se estén constituyendo “Ahoras en Común” lo cierto es que siempre habrá gente independiente y de Podemos que, lógicamente, no quiera participar en esos procesos. En algunos sitios serán pocos y en otros pueden ser de hecho la mayoría de la gente. Por eso tenemos la oportunidad de crear algo nuevo, político pero no partidista en el corto plazo. Aprovechar la ilusión por el cambio que comenzó el 15 de mayo de 2011, que continuó con algunos éxitos de las mareas ciudadanas (como parar la privatizaciones en sanidad) y de la PAH (parar miles de desahucios) y que ha cogido un nuevo impulso con el éxito electoral municipal, que ha permitido gobernar en buena parte de las principales ciudades españolas. Aprovechemos esa ilusión, ese empuje, para dar un paso adelante, con tranquilidad, (vamos despacio porque vamos lejos), pero no dejemos pasar la oportunidad. Porque habrá gente que, si no se hace, se desilusionará o se cansará pronto. Además, los ataques a los nuevos gobiernos progresistas empezaron en el minuto uno y no van a cesar. Toda la derecha está interesada en su desprestigio.
¿Cómo construir la Asamblea Ciudadana?
Llamamos “Asamblea Ciudadana” a un nuevo ente que se puede construir en cada localidad. El nombre puede variar. Hay quien propone que se llame “asamblea popular” o asamblea popular unitaria, etc. El nombre es lo de menos. Hablemos del contenido. Algunas ideas:
Objetivos
La transformación social de cada localidad, en base a la justicia social y a los Derechos Humanos (o, lo que es lo mismo, la defensa de una democracia radical). El cambio no es para las próximas elecciones locales, no es para conseguir una candidatura unitaria en próximas elecciones. El cambio, como la democracia, se hace cada día. Cada día se avanza o se retrocede. Un nuevo sujeto político unitario, reconocible por la ciudadanía es de hecho, por sí mismo, un avance. Un paso adelante “para los de abajo”, un nuevo espacio político local al que podrán acudir para denunciar, proponer actividades, alternativas, llevar iniciativas, convocar movilizaciones, etc. A la vez que informarse y debatir sobre todo lo que pasa en el Ayuntamiento y en el municipio.
Quienes
A este proceso hay personas significativas de Podemos, de IU, Equo, etc. que ya han manifestado públicamente su apoyo, con diferentes nombres y perspectivas, como decíamos. En cada sitio será diferente. Hay que partir de las organizaciones políticas que ya tienen representación municipal o son conocidas en cada localidad e invitar, desde el principio, a personas de los movimientos sociales para comenzar a construir ese sujeto político nuevo, especialmente a gente que ha estado o está en el 15M y en otros movimientos sociales reivindicativos.
Cómo organizarse
La Asamblea Ciudadana (AC) no puede organizarse solo en base a la celebración de “asambleas”, valga la redundancia, como espacio único. En estos años, especialmente desde el impulso del 15M, hemos visto las virtudes de la Asamblea como espacio de reunión y debate, pero también sus limitaciones. Debates interminables han cansado a muchas personas. No todo el mundo está dispuesto a permanecer varias horas en una reunión y menos si lo que le interesa es solo un tema muy concreto. O si, simplemente, no tiene tanto tiempo o interés para dedicarle a la Asamblea. Acudirá algunas veces y otras no. También sabemos que las asambleas se pueden manipular en aspectos concretos o decisorios. En temas polémicos las “ganan” los que más tiempo aguantan (los culos de hierro) o los que mejor hablan en público o los que mejor utilizan la demagogia. Por eso, fácilmente, en las reuniones asamblearias se aprueban o asumen los postulados más radicales y permanecen en las reuniones solo las personas más ideologizadas. Estos problemas o aspectos negativos no invalidan la Asamblea como reunión plenaria y decisoria, simplemente se trata de tenerlos en cuenta, mostrar sus limitaciones, tratando de buscar mecanismos y técnicas que contrarresten estos aspectos y aumenten la democracia interna.
El 15M, como luego Podemos y otras organizaciones, han dado un impulso a la intercomunicación telemática permanente, complementaria a la celebración de las reuniones o incluso para votaciones importantes. Por lo tanto la organización de la AC puede estructurarse en diferentes niveles y ámbitos, y cada persona elegirá en cual se sitúa, pudiendo variar según cada momento y circunstancia personal. La AC puede funcionar:
1. En plenario. La Asamblea Ciudadana local, reunida como órgano supremo decisorio. Convocada oficialmente con arreglo a su reglamento interno (como ya lo han hecho las CUP). Por ejemplo, se puede empezar con una reunión mensual pública, antes y/o después de cada Pleno municipal, como forma de enganchar fácilmente con los temas locales.
2. En grupos y comisiones de trabajo, que se crearían solo para temas específicos y con la duración que determinen esos temas y sus participantes. Como decíamos, hay muchas personas que quieren participar y no lo van a hacer habitualmente en las Asambleas. Expertos, profesionales o especialistas en diferentes ámbitos... personas que están dispuestas a colaborar en temas concretos pero que no quieren tragarse más reuniones que las justas. Incluso en algunas localidades hay vecinos que apoyan estos procesos pero que no quieren que se les vea en la Asamblea.
3. Con Internet, tenemos muchas herramientas útiles para el debate y para la construcción de iniciativas: Facebook, grupos de WhatsApp, Google, Loomio, etc.
4. Posteriormente la propia Asamblea determinará si es necesario crear algún órgano de coordinación, del conjunto del proceso (esto ya lo veremos más adelante).
4. Posteriormente la propia Asamblea determinará si es necesario crear algún órgano de coordinación, del conjunto del proceso (esto ya lo veremos más adelante).
Actividades
Cualquier actividad o iniciativa que sirva para los objetivos citados será útil. Hay que empezar con los debates más simples y concretos para ir creando un ambiente de trabajo y de confianza. Habrá ciudades donde esto ya existe y se pueden dar los siguientes pasos. La nueva Asamblea Ciudadana puede ser el espacio común para el cambio, para dirigir la transformación de la ciudad. Y habrá sitios donde, al existir concejales/as de diferentes grupos políticos (como IU y Podemos) la creación del nuevo sujeto político no significa que tengan que fusionarse, ni siquiera que tengan que votar lo mismo en el Ayuntamiento. Se trata de avanzar paso a paso, sin atajos artificiales.
Interesante aportación. Gracias, Tomás por tu trabajo por la causa, constante y honesto.
ResponderEliminarMiguel A. Mur