Estoy flojo. Hay que reconocerlo. He puesto en la tele el
discurso de Pedro Sánchez, en su primer intento de investidura (1.03.16) y he
aguantado cinco minutos. Es que le he pillado en el momento en que explicaba lo
importante que es el trabajo para las personas y lo malo que es el paro...
malo, muy malo, de verdad, y lo malo que es que en España tengamos tanto
desempleo... que lo dice un socialista y que de eso sabemos más que nadie, podía
haber añadido, ya que esa parte del discurso se la debió escribir algún pepero
infiltrado.
Y ahí seguimos, en el discurso del siglo, haciendo historia cada semana. En
esta semana el hecho histórico ha sido el discurso de Pedro. La semana pasada,
otro hecho vendido como histórico, la firma del pacto con ciudadanos, es como
"el partido del siglo... de cada semana”. Los libros de historia los van a
tener que hacer sólo en versión electrónica, porque en papel imposible.
Vamos con las tertulias y los
catedráticos. “Justino Sinova (Valladolid, 1945) este
catedrático viene a cuento porque la semana anterior, el 23F exactamente, estaba yo
oyendo la graciable tertulia mañanera de Radio Nacional (8,30 a 9,30 h.). En esos
días se estaban celebrando las “negociaciones” (por llamarlas de alguna manera)
a cuatro: PSOE, Podemos, IU-UP, Compromís (gracias a la iniciativa de Garzón).
La tertulia de Radio Nacional era tan plural ideológicamente como siempre: con tertulianos
conservadores, de derechas, ultraderecha y protofascistas. Desde hace años la
mayoría de las veces la tienen tomada con los nacionalistas-independentistas.
Desde que nació, hace apenas dos años, también con Podemos. Por poner un
ejemplo: el citado decano del periodismo
Justino Sinova aseguró con toda seriedad que le parecía lamentable e
inexplicable que en esa mesa de negociación “hayan dejado para el final los
temas polémicos, como el referéndum en Cataluña.... lo que era una línea roja
para Podemos, el referéndum catalán, ahora lo dejan para el final. Me parece
impresentable”. El argumento solo tiene un pequeño defecto: nunca Podemos ha
planteado que el referéndum en Cataluña sea una “línea roja”. Han dicho y
repetido que es su propuesta y que
les parece lo mejor, obviamente, conveniente para tratar de resolver el
conflicto catalán (propuesta que comparto). Pero, modestamente reto desde aquí
a que alguien me indique o muestre una declaración de Podemos o de sus máximos
dirigentes diciendo que eso era “una línea roja” innegociable.
El sistema es el mismo de siempre: cambias las palabras del
adversario, las aumentas o corriges a conveniencia y, luego, en base a esa
mentira o parte de la media verdad no citada, le desacreditas y le llamas de
todo y desde todos lados, e inicias la bola de nieve de las descalificaciones.
Y el aludido que intente demostrar su inocencia, que mientras tanto es
culpable. Lo hemos vivido muchas veces. Cuando Izquierda Unida subía en las
encuestas, por ejemplo en los años 90 con Anguita, cualquier cosa servía para
desacreditarle. Lo de la pinza de IU y
PP contra PSOE por ejemplo. Ahora lo mismo pasa con Podemos. A IU ni caso,
simplemente para el poder ya no existe. Así que podemos decir de Podemos: bienvenidos a la realidad también en esto,
os van a dar de tortas por todos lados. Y os llamarán de todo menos guapos.
Antonio Elorza (El País, 27.02.2016) explicaba una cosa muy
razonable y que deberíamos de recordar más frecuentemente: decir, como hace
Rajoy y su partido a diario que “el PP ganó las elecciones” significa que no
"maneja bien el castellano, porque ganar es obtener algo por medio de una
acción. Se ganan unas oposiciones o a la lotería tras jugar. Y el 20D el
partido más votado no ganó nada”. Pues sí, tiene Elorza más razón que un santo.
Y por eso me sorprendió. Porque leo asiduamente al catedrático Elorza desde
hace muchos años y, la mayoría de las veces lo que escribe o son ataques al
islam (esto daría para otro blog) o críticas a todo lo que esté a la izquierda
del PSOE, antes a IU y, desde que nació Podemos, este es su objetivo preferido
de crítica, considerando que todos los izquierdistas son siempre caudillistas, populistas,
bolivarianos aspirantes a dictadores. Pero la realidad siempre nos sorprende,
esta vez dijo algo sensato.
Así tenemos catedráticos que, tal vez, deberían de pensar un
poco más lo que escriben o dicen. Que no se les notara tanto su militancia
política, que no significa necesariamente tener el carnet de un partido, sino
más bien “estar al servicio de” y ser aspirante a “intelectual orgánico” que se
decía antes. Eso sí, ahora, a la vez, haciendo gala de ser independiente, de no
estar afiliado a nada, que es lo que se lleva.
Otro ejemplo de catedrático independiente. Gabilondo en
Radio Nacional (19.06.2015): “ser moderado no significa ser mediocre”, supongo
lo dice por sí mismo. En esta entrevista, después de repetir diez veces que hay
que hacer una política respetuosa, seria, moderada, respetando a los demás, sin
insultos, respetando, respetuosa... y ante cualquier pregunta sobre lo que pasa
en España y las decisiones del PP: “lo primero es que hay que ser
respetuoso...”. Le preguntan por la
corrupción en el PP, por la enseñanza ultracatólica en las escuelas
subvencionadas, por los conciertos con la escuela privada.... la respuesta es
siempre la misma: hay que ser respetuosos, dialogar... y digo yo ¿te has
presentado de cabeza de lista por un partido o por la alianza espiritual hippy
del buen royito? Gabilondo, portavoz y cabeza de lista del PSOE en las pasadas
elecciones a la Comunidad
de Madrid, ya no aparece por ningún medio ni en ningún sitio, tal vez porque
aparte del buen royito hacer política es trabajar en lo concreto y proponer,
luchar... Conclusión: se puede ser muy, muy listo y decir nada.
A mucha distancia, y solo en el ámbito de la discrepancia
política, cito las sorprendentes palabras de la gran filósofa Victoria Camps:
“La democracia representativa, la única que puede ser eficaz en nuestro mundo,
no debe ser sustituida por unas formas de participación multitudinarias que,
como se vio en Cataluña con las asambleas de la CUP , no resuelven nada.” En este artículo, “El
cambio está en el pacto” (El País, 20.02.16), continua Camps haciendo loas a la
democracia representativa. Pero, pienso que ya no estamos en el debate de si
hay que elegir entre democracia representativa o participativa y directa, como
si fueran incompatibles (sobre estos conceptos ver definiciones en el
diccionario de este blog, http://tomasalberich.blogspot.com.es/p/blog-page.html).
Precisamente lo que muestra el proceso asambleario de la CUP catalana es que una
organización política puede funcionar con democracia interna avanzada: que son
sus afiliados los que deciden, en última y fundamental estancia, sobre los
temas importantes, sobre la política a seguir por su formación y sus
representantes. Con todos los defectos que se les quiera achacar, es un paso
fundamental en la democracia interna. Y, precisamente en este caso, con un resultado
exitoso: decidiendo que en ningún caso sus representantes votarían a favor de
Mas como Presidente de la
Generalitat y consiguiendo que no lo sea. Por lo tanto están
por la democracia directa y por la representativa, por las dos.
Lo que no podemos poner, en el mismo nivel de democracia
interna, es lo realizado por el PSOE con su consulta sobre la política de
pactos. Después de haber firmado con Ciudadanos un documentos de 65 folios, lo
que se hace a los afiliados es una pregunta general sobre la política de
pactos, en donde no se cita el acuerdo con Ciudadanos por ninguna parte.
Pregunta a lo “referéndum OTAN” donde se decía de todo pero en ningún sitio se
citaba a la OTAN ,
igual que ahora no se cita Ciudadanos. Las cosas malas no se nombran, cual
palabrotas no se dicen, que está muy feo (siquiera pensarlas).
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