18 de septiembre de 2020

Gobierno de coalición, un crítico primer balance

 Tenemos el Gobierno más de izquierdas de los últimos ochenta años. Santiago Abascal dijo que era el peor de los últimos 80, dictadura incluida, luego rectificó y dijo que seguramente el peor de los últimos 800 años…

No sé, solo estoy seguro de que es el mejor Gobierno que he vivido en las últimas seis décadas y, posiblemente, también sea el mejor de las próximas seis. Si el voto del pueblo no lo impide, es posible que el Gobierno estatal actual pase a la historia como un breve experimento de coalición de izquierdas. Las presiones para que sea eso, un breve experimento, son muchas y en casi todo el arco parlamentario hay adversarios que están por la labor de conseguir su brevedad.

Queda dicho lo anterior para que se entienda mejor lo que viene a continuación. Porque también los errores gubernamentales son numerosos. Los que defienden la labor gubernamental están, estamos, obligados a señalar errores y deficiencias, esperando que no vayan a más, sin olvidar aplaudir los aciertos. Criticar, evaluar, valorar y cribar, desde la libertad de cátedra, es obligación inexcusable en la izquierda. Después de casi nueve meses de Gobierno, con seis de pandemia que lo marca todo, puede ser buen momento para un primer balance. Señalaremos solo algunos aspectos ministeriales del primer Gobierno de coalición perfectamente paritario de la historia.


Carmen Calvo (PSOE), Vicepresidenta primera que ejerce de tal, es la voz más reconocible del Gobierno, mera ampliación de la de Pedro Sánchez. Con competencias en Memoria histórica y democrática, donde se están produciendo algunos avances.

Pablo Iglesias (Podemos), Vicepresidente 2º, es más conocido por las polémicas que provoca y las que le provocan, que por una labor gubernamental concreta. Sometido como secretario general de su formación a una presión constante. El odio y persecución a Podemos desde todos los frentes político-mediáticos sorprende a veces. Es una estrategia nacional e internacional, no vaya a ser que cunda el ejemplo (y haya cambios sociales profundos). Solo desde esta perspectiva es entendible.

Da la impresión de que los dos primeros vicepresidentes están en todo y en nada. Algunos temas que le tocarían al 2º serían la ley de la Eutanasia, que ya está en marcha, y muchos otros están pendientes, reformar la ley de Infancia, que el derecho a la vivienda tenga un desarrollo constitucional adecuado, etc. No está claro que es lo que depende de la Vicepresidencia 2ª, porque no hay una estructura de dirección desde las vicepresidencias, como comentaremos después.

Nadia Mª Calviño (independiente), Vice 3ª y baluarte del centro-derecha económico nacional, pone la voz conservadora de los poderes económicos en un gobierno progresista, en el que se quieren desarrollar políticas sociales avanzadas sustentadas en pilares económicos ortodoxos liberales. Esto ¿es posible? todo un reto, como ya ocurrió con gobiernos de Zapatero y salió medio bien, medio mal. La renuncia a una banca pública estratégica, con su apoyo a las megafusiones -creándose bancos tan grandes que no se les podrá dejar caer, ha sido el último episodio de ese peso neoliberal. En la política económica están pendientes y muy en el aire concretar en los presupuestos el debate sobre los impuestos a las grandes fortunas, la tasa a las corporaciones internacionales (tasa Google), etc. En definitiva, sin subidas de impuestos a los más ricos, de una forma o de otra, no habrá política económica de izquierdas posible.

Teresa Ribera (PSOE), Vice 4ª. Recordemos que se impuso, en el último minuto del pacto de Gobierno, tener cuatro vicepresidencias, para que la de Iglesias quedara diluida como una más. Impulsó novedosas medidas medioambientales en el Gobierno Zapatero y comenzó con una serie de interesantes propuestas medioambientales que, no sabemos si será por la pandemia, poco se han concretado.

Margarita Robles (indepen.), Defensa, monárquica a pleno rendimiento. Tenemos un ejército para todo: la UME imprescindible, buen invento del anterior gobierno socialista, ahora también para rastreadores. Durante el estado de alarma se debería haber movilizado aún más a los ejércitos. Los hospitales de campaña podrían haber sido lo habitual, por necesarios, en todas las capitales de provincia al menos. Y haber parado disparates hospitalarios a lo Ayuso. Por cierto, la derecha, el PP cuando ha gobernado ¿han hecho algo positivo en las fuerzas armadas españolas?

María J. Montero (PSOE), Hacienda y Portavoz. Nos la ha liado bien con su ayuntamientos dejarme dinero… Lo más gracioso ha sido ver al exministro Montoro terciar en el debate, explicando que lo mejor hubiera sido suspender temporalmente su ley, la Ley Montoro, así de fácil, sencillo y justo. Montero como ministra lo está haciendo mal y cómo portavoz ídem o peor.

Fernando Grande-Marlaska (indepen) Interior. Una de las carteras ministeriales más difíciles y comprometidas en los gobiernos de izquierdas, de esas que nadie quiere. Al igual que en Justicia y Defensa, tenemos poderes ultraconservadores enquistados, algunos todavía están en los años de la transición hacia la democracia o van hacia atrás, no lo sabríamos decir. Con voxeros bien instalados. Contando todo esto en el balance sale bien parado. El mejor ministro del Interior es el que pasa desapercibido en las noticias. Persona conservadora que está aguantando el espinoso tema del control de fronteras con la presión migratoria. Pero ¿por qué sigue vigente la ley mordaza?


José L. Abalos (PSOE) Trasportes, Movilidad. Peso pesado socialista, secretario de organización, ha ejercido como portavoz del PSOE en el Gobierno. Ha creado estilo propio comunicativo, frío y cortante con la derecha. Le pidieron la dimisión por verse con una vicepresidenta venezolana… ¿os acordáis cuando esa era la principal noticia que abría los telediarios? ¡Qué tiempos aquellos! Ahora bien ¿tenemos políticas a largo plazo? ¿Cambios en la estructura territorial peninsular, en el transporte de la España vaciada? Veremos qué pasa con los presupuestos, porque se conocen pocas iniciativas.

Mª Isabel Celaá (PSOE) Educación y FP. Ha cambiado de opinión sobre la vuelta al cole tantas veces que hemos perdido la cuenta. Diciendo cosas del tipo de que el lugar más seguro para la infancia son los colegios. Se referirá a la salud mental porque desde luego al peligro vírico parece que no. Pedro Sánchez arropándola y apoyando la vuelta al cole como lo más seguro del mundo. Estas declaraciones están fuera de lugar. Ya sabemos que los gobiernos están para tranquilizar a la población y no para asustarla, aunque a veces se hagan las dos cosas a la vez, como táctica política.

Salvador Illa Roca-lávate las manos (PSC-PSOE). Es el ministro que lo ha tenido más difícil durante el último semestre y ha aguantado.

España, en lo relativo a Sanidad, Educación y Servicios Sociales funciona como un país federal. A ver si acabamos de enterarnos. Ni las muertes en las residencias de mayores son responsabilidad de Iglesias (por mucho que lo diga la derecha), ni la seguridad en las aulas depende de Celaá, ni los centros de salud madrileños -en su mayoría colapsados- dependen de Salvador Illa. Para bien o para mal, estas competencias dependen exclusivamente de las Comunidades Autónomas. Está muy bien que desde el Gobierno central se coordinen políticas y se apoye -financieramente sobre todo- a las CC.AA. en los servicios públicos, transferidos al 100%. Pero no se puede asegurar desde el Gobierno que estos servicios están funcionando perfectamente. Es asumir un desgaste y riesgo innecesarios.

Desde el Ministerio de Sanidad al menos se ha dicho varias veces que la situación en Madrid es “preocupante”, como antes se dijo de Zaragoza, Catalunya, etc. Si esto es así ¿a qué viene decir que la vuelta al cole en España es totalmente segura, el lugar más seguro dónde puede estar un niño? Es meterse en un terreno que no te toca, y los datos ya lo están desmintiendo.

Constantemente hay quien pregunta “pero el Gobierno ¿qué está haciendo?” (ante la desastrosa situación sanitaria de Madrid, por ejemplo). Siempre habrá quien acuse al gobierno central de lo que pasa. Respuesta: te referirás al Gobierno de la Comunidad ¿no? Porque el Gobierno estatal ¿qué quieres que haga si no tiene competencias? Han enviado a la UME hasta para desinfectar calles y residencias de mayores. Ahora los rastreadores. Qué queremos ¿que manden al ejército a limpiar las calles, a los hospitales a suplir la falta de personal… que hagan de todo? O que se aplique el 155 a la Comunidad de Madrid y se le retire las competencias en Sanidad. Si queremos esto digámoslo claramente. Sería una bomba política, difícilmente aprobable en el Senado.

José Luis Escribá, indepen del PSOE, con Seguridad Social, inclusión y migraciones, debería ir de la mano de Pablo Iglesias, pero el PSOE no dejó que esta área fuera una pata más de las políticas sociales, dirigidas, o al menos coordinadas por Unidas Podemos. Con lo cual, aspectos tan fundamentales y avanzados como el Ingreso Mínimo Vital son dirigidos por un Ministerio fuera de las políticas sociales. El IMV es un avance fundamental, histórico en España, pero deslucido por una gestión ineficiente o desbordada, que mantiene a la mayoría de los solicitantes en espera.

Las Vicepresidencias deberían tener un cierto mando en las áreas que se supone coordinan, con tres cabezas claras: una macroeconómica, otra para las políticas sociales y otra para el resto (cultura, educación, universidad, ciencia…). Pero el PSOE se negó en su momento a dejar las políticas sociales a UP.

Alberto Garzón (Izquierda Unida), Consumo. Seguimos viendo anuncios de casas de apuestas a partir de las diez de la noche, canales de TV nos siguen bombardeando con todo tipo de publicidad animando a la adicción apostadora. Mientras, al ministro Garzón le oímos decir repetidamente durante los últimos ocho meses que estos anuncios solo se podrán emitir de madrugada, a partir de la una de la mañana ¿para cuándo será esto? La prohibición del cobro en líneas 902 y otras protecciones a los consumidores esperemos que pronto sean una realidad. Porque las grandes corporaciones de la comunicación y de servicios esenciales siguen sin respetar los derechos de los consumidores.

Yolanda Díaz (UP, ex IU), Trabajo y Economía Social. Magnífica ministra de Trabajo, seguramente el miembro del Consejo más valorado por la opinión pública que la conoce y la mejor ministra de Trabajo que hayamos tenido. Los ERTES y la negociación laboral pactista con sindicatos y empresarios ha sido dirigida hábilmente, en medio de la peor crisis desde la Guerra Civil-2ª G.M. Queda, entre otras cosas, derogar de una vez la reforma laboral y crear un nuevo marco de relaciones.


Irene Montero (Podemos), Igualdad, con avances claros en políticas sociales igualitarias y de la diversidad sexual.

Y en el resto de los ministros hay de todo: están en el lote de “labor desconocida” ¿Sabemos si han hecho algo interesante o reseñable?

María Aránzazu Gonzalez (independiente), Exteriores. Juan Carlos Campo (PSOE), Justicia. La renovación del poder judicial está paralizada, en manos de lo más conservador, incluido el Tribunal Constitucional, pero él poco puede hacer ante la negativa del PP, aunque debería intentarlo. Los juicios y resoluciones judiciales con demasiado retraso, y ahí sí faltan recursos y cambios. Reyes Maroto, Industria, intervino con acierto en algunas crisis industriales de grandes empresas a punto de cerrar. Luis Planas, Agricultura, si no hubiera sido por la pandemia el levantamiento del mundo rural agroganadero hubiera ido a más. Carolina Darias, política territorial, ¿quién es, qué hace? La crisis catalana va por otros sitios. José M. Rodriguez, Cultura-Deporte -con enfados sumos de profesionales y artistas. Pedro Duque, Ciencia. Y Manuel Castells, el sociólogo español más conocido en el mundo y ministro desconocido, ausente, como tantos otros de los citados. Primera conclusión: demasiados ministerios en que, si algo es necesario, es mejorar la política de comunicación. Suponiendo que algo se tiene que comunicar, seguro que será que sí, aunque a veces surjan dudas.

Al final el mejor valorado es el Presidente, Pedro Sánchez. Seguido de cerca por Yolanda Díaz. De hecho, Pedro Sánchez sale reforzado de esta primera parte de la crisis pandémica.

La obsesión constante de las derechas ultras con Podemos, diciendo que nada se puede negociar si no sale del Gobierno, solicitando que primero se rompa el Gobierno para poder hablar, etc. lo que hace en la práctica es dar por bueno al Presidente y echarle todas las culpas y males de España a Pablo Iglesias. Magnifican a los dos: por un lado, dejan a Sánchez como el bueno de la película y, por otro, al señalar a Iglesias como principal enemigo a batir, le alzan al primer puesto de oposición de las derechas, lo cual le revalida ante sus votantes.

¿Cuántas nuevas leyes se han aprobado? Realmente ¿se está cambiando el rumbo político-económico-social? Sabemos que en esta pandemia-crisis estaríamos mucho peor si hubiera sido gestionada por el PP, pero esto no es suficiente para contentar, o al menos tranquilizar, a la mayoría de las clases trabajadoras de España. El Gobierno puede durar cuatro años, pero su evidente debilidad solo será compensada actuando en lo concreto, es decir, en definitiva: gobernando.

https://blogs.publico.es/dominiopublico/34449/gobierno-de-coalicion-un-critico-primer-balance/


2 comentarios:


  1. Me quedo con el último párrafo del artículo, el que alude a la necesidad de que haya gobierno y que se note para tratar de compensar por la vía de los hechos su debilidad política. No solo en la gestión de los efectos de la pandemia entre las clases populares, sino en aquellos otros aspectos que estaban en los pactos de gobierno. Ello significa revertir las leyes que impuso el PP (Mordaza, R. Laboral, LOMCE,..), o al menos sus puntos más destacados, y asimismo una reforma fiscal realmente redistributiva que afecte a impuestos como el IRPF, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones (https://www.republica.com/contrapunto/2020/07/16/hablemos-en-serio-de-impuestos/). La cosa no es sencilla y como tú bien dices son muchas las fuerzas que van a tratar de entorpecerlo. Es lo que dice también J. R. Mendoza en un escrito que ha difundido con el que es difícil no estar de acuerdo.

    Como otra gente yo era de los que prefería un gobierno pactado pero solo del PSOE, dado que la presencia de UP en el mismo no podría ser determinante por la correlación electoral. Cuando hemos gobernado en posición minoritaria con el PSOE ya sabemos cuál ha sido el resultado y quien ha recogido los frutos de nuestra gestión.

    Julián Ramos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tus comentarios. Sí, efectivamente Julián, una cosa es estar en el Gobierno y otra diferente es tener el poder.
    Esperemos que con los presupuestos se avance algo en la labor gubernamental, es imprescindible, por ejemplo, el aumento de los impuestos a los más ricos. Y también una nueva Ley de Educación entre otras muchas cosas.

    ResponderEliminar