9 de agosto de 2024

Sumar para no desaparecer. Las lecciones de unas elecciones.

Pasados un par de meses de las votaciones al Parlamento europeo se han echado en falta análisis pormenorizados de los resultados, al menos de las grandes cifras por Comunidades Autónomas y por partidos. Veámoslo en una primera aproximación y, específicamente, qué ha pasado en Sumar y un cálculo sobre cuantos votos ha podido aportar cada uno de sus partidos integrantes. En esta ocasión, un acercamiento casi solo cuantitativo y que cada cual saque sus propias conclusiones. 
Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que cada convocatoria electoral es diferente. Se puede tomar como referencia los resultados de los partidos en los últimos años en las convocatorias electorales municipales, autonómicas y generales pero solo muy relativamente. Para empezar el análisis, en las elecciones a la UE la abstención siempre es mayor que en cualquier otra convocatoria. En las últimas al Parlamento europeo la participación en España fue del 49,2%, casi igual que la media de los países de la UE (51%), menor que en cualquier otra convocatoria electoral. 
En las elecciones al Parlamento de la UE, los datos oficiales del escrutinio dieron a Sumar 811.545 votos, el 4,7% del total de los emitidos. Un resultado muy modesto por no decir de simple fracaso. Se presentó como “Coalición Sumar”, conformada en estas elecciones por los partidos Movimiento Sumar, Catalunya en Comú, Compromís, Izquierda Unida, Más Madrid, Verdes Equo, Chunta Aragonesista, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Nueva Canarias-Bloque Canarista. Veamos primero un análisis por Comunidades Autónomas. Hay bastantes diferencias entre unas regiones y otras. Las cuatro con más población (Andalucía, Cataluña, Madrid y Valencia) aportaron un total de 562.498 votos, el 69,3% del total de los votos a Sumar en España, cuando la población de estas CCAA supone 28,97 millones, el 59,6% del total de la población española. Es decir, ha habido una diferencia aproximada de diez puntos entre el voto a Sumar en estas cuatro CCAA y la media en España, que se corresponde con el tradicional voto a las opciones más de izquierdas en las grandes áreas metropolitanas y zonas densamente pobladas, mientras que en las Comunidades con más población rural y dispersa los votos a la izquierda del PSOE son siempre menos. Pero además entre estas CCAA ha habido también grandes diferencias en el voto a Sumar (de más a menos): Comunidad Valenciana 150.142 (7,63% de los votos emitidos en la Comunidad), Andalucía 148.120 (5,09%), C. de Madrid 161.405 (5,08%), Catalunya 102.831 (4,3%). 

El debate en Sumar, la confección de las listas y los resultados 
Nos interesa sobre todo fijarnos en los datos absolutos y en la comparativa de participación entre CCAA, porque es bien conocido que la abstención perjudica más a las izquierdas y que el interés por votar va a estar influido directamente por lo que haya ocurrido antes de las elecciones, básicamente en cómo se confeccionan las listas y las semanas previas a la cita electoral, incluida la propia campaña. Sumar, hasta ahora, no se ha querido reconocer a sí misma como una coalición electoral aunque básicamente sea solo eso. Es decir, los dirigentes de Sumar -Yolanda Díaz y su equipo próximo- impusieron una serie de condiciones a los partidos si querían formar parte de la coalición electoral, entre estas condiciones ha estado que las listas se pactaban por arriba, justificándose primero en que el adelanto electoral de las generales de julio 2023 no daba tiempo a un proceso de primarias y de elección desde las bases, lo cual hubiera exigido un nuevo censo común y un proceso amplio de construcción de abajo hacia arriba, bien fuera en forma de frente amplio (partidos más personas) o de creación de un nuevo partido político unitario. Este argumento fue aceptable en julio de 2023 pero no lo era un año después, para las elecciones europeas de junio 2024. Aun así los partidos de la coalición lo aceptaron ante la perspectiva de que la única alternativa que se les dejaba era asumirlo o salirse de la coalición Sumar. Pero pactar la elaboración de las listas por arriba exige inteligencia, mesura y un buen encaje de bolillos, si no se quiere cabrear a una parte de los partidos y que su afiliación decida en buena medida quedarse en casa durante la campaña electoral, y anteriores votantes ídem el día electoral. Parece ser que es lo que ha ocurrido si nos fijamos en los datos, más en unas votaciones como las europeas donde la abstención siempre es muy elevada. 

Aportaciones por partidos 
Veamos algunas aproximaciones a los votos que posiblemente han aportado cada partido u organización a los resultados electorales de Sumar. Izquierda Unida es la única organización con implantación estatal que queda en Sumar (después de la salida de Podemos), salvo el muy minoritario Equo-Verdes. IU cuenta con federaciones en todas las CCAA y, según sus datos publicados, en la actualidad tiene 1.700 concejales, representación municipal en ciudades de todas las provincias, con sedes, organización territorial, etc. La última vez que IU se presentó sola a unas elecciones generales obtuvo casi un millón de votos, fue en 2015 en competencia con un Podemos en ascenso. Las últimas europeas en las que IU se presentó sola fueron las de 2014, obtuvo 1.575.308 votos y Podemos 1.253.837, a pesar de la amplia abstención. 
IU es la fuerza mayoritaria de Sumar en todas las CCAA excepto en Cataluña y comunidades de Valencia y Madrid. Hemos revisado los datos obtenidos en las tres últimas elecciones regionales y han ido variando notablemente. Pero está clara la predominancia institucional de Compromís frente a IU en la valenciana y de Más Madrid frente a IU de Madrid. El caso catalán es más complejo, la antigua IU catalana junto a Iniciativa per Catalunya están integradas en Catalunya en Comú, pero si IU se hubiera presentado sola en las elecciones de este año, sabiendo que es circunscripción única en toda España y ningún voto se pierde, seguro hubiera obtenido un puñado de votos, al menos un 20% del total obtenido por Sumar en Cataluña. 
Así, para aplicar un cálculo homogéneo, podemos considerar que en estas tres CCAA las fuerzas autonómicas respectivas aportarían a Sumar cerca del 80% de los votos obtenidos, mientras que en el resto sería al revés, con Andalucía a la cabeza, en las que IU aportaría un 80% de los votos y el resto de los partidos minoritarios de Sumar se puede considerar que aportan como mucho el 20% restante. Ya que quiénes están en ese resto de partidos: Verdes-Equo, Chunta Aragonesista, Iniciativa del Pueblo Andaluz, Nueva Canarias-Bloque Canarista y el nuevo partido creado por Yolanda Díaz y su equipo denominado “Movimiento Sumar” (que crea confusión con la Coalición Sumar pero ahí está con ese nombre) son muy minoritarios, nunca se han presentado solos a unas elecciones generales (salvo la Chunta) ni a unas europeas, por lo tanto aportan muy pocos votos al escrutinio estatal, pero aportan prestigio a la Coalición Sumar e imagen de unidad, aportan también visiones sectoriales positivas, como es el caso de Los Verdes. En algunas encuestas con preguntas abiertas sobre intención de voto, estos partidos han llegado como mucho al 2 o 3% de voto en algunas regiones. Estos cálculos incluyen un partido imposible de determinar en intención de voto “Movimiento Sumar”. Si se hubiera presentado este partido solo, sin IU, MM, Compromís, Comunes, etc. ¿qué votos hubiera obtenido? Siendo generosos en los cálculos de intención de voto se puede considerar que la suma de estos partidos minoritarios sería entorno al 15 a 20% dentro de Sumar. Por supuesto esto es un cálculo discutible. Si lo comparamos con elecciones anteriores, hay CCAA donde es posible que otros partidos diferentes a IU han aportado más de un 20%, pero el voto a Sumar ha sido tan escaso que el cálculo final no varía. Por ejemplo en Galicia Sumar ha obtenido 23.159 votos al Parlamento europeo (un 2% de los votos en esta Comunidad), por lo que lo aportado respecto al total de 800.000 es muy exiguo. O Canarias donde en Sumar iban dos partidos regionales que es posible que aportaran más de un 20%, pero Sumar ha obtenido un total de 27.127 votos, casi igual que en Galicia, por lo que, a la hora de analizar cuanto electorado ha aportado cada partido al resultado final de ochocientos mil, la variación con estas regiones es casi nula. 
El nuevo cálculo en base a estos porcentajes nos da las siguientes cifras (a partir de los resultados citados del escrutinio): 
- Comunidad Valenciana 150.142 votos obtenidos por Sumar. Votos “aportados” por Compromís: 120.113 (80%), por IU: 30.028 (20%). 
- Andalucía 148.120. Votos aportados por IU (80%): 118.496. 
- C. Madrid 161.405. Votos aportados por Más Madrid: 129.124, resto a IU, 32.281. 
- Catalunya 102.831. Votos aportados por los Comunes (Catalunya en Comú) 82.264, resto a IU 20.566. 
- Resto de CCAA: votos a Sumar 249.047, aportados por IU: 199.238 (80%). 
Si sumamos los datos anteriores de IU nos da un total de 400.609 aportados a la Coalición, justo algo más de la mitad del total de los votos obtenidos en Sumar. Consideramos que es un cálculo muy moderado: IU ha tenido pérdida de votos en las convocatorias electorales de la última década, pero no ha tenido ninguna crisis relevante, ni bajas importantes o escisiones (a diferencia por ejemplo de Podemos). Aunque su intención de voto en 2024 fuera la mitad de la de hace una década, IU tendría medio millón de votos directos en unas elecciones generales y 787.654 en las europeas si se hubiera presentado en solitario (recordemos que tuvo 1.575.308 votos en 2014). 
Así, el resumen de votos aportados por las principales fuerzas políticas a Sumar en el parlamento europeo habrá sido, de más a menos: Izquierda Unida 400.609. Más Madrid: 129.124. Compromís: 120.113. Comunes 82.264. Todas estos estos cálculos, como decíamos, son muy discutibles. Seguro que más de un votante de IU mientras los leía habrá pensado que deberían ser mayores para esa formación, lo mismo habrán pensado el resto. Pero a nivel global, a falta de estudios cualitativos y cuantitativos en profundidad, se aproximarán bastante a la realidad. 
Ahora veamos la composición de la lista electoral presentada por Sumar en las pasadas elecciones: Nº 1 de la lista: independiente, nombrada por Yolanda Díaz (una persona desconocida para el conjunto del cuerpo electoral). Nº 2: a propuesta de los Comunes, nº 3 de Compromís, nº 4 de IU, nº 5 Más Madrid. Cómo debería de haber sido, en base a los cálculos anteriores: el nº 1 de IU, 2º de MM, 3º de Compromís, 4º de Comunes. Prácticamente lo contrario a lo que se hizo. 
No entro a valorar la conveniencia o no de poner a personas independientes en puestos de salida, esto se supone debería depender de su grado de popularidad y de la aprobación por consenso de los partidos, en lo que, hoy por hoy, es una coalición electoral. Se hicieran como se hicieran los cálculos preelectorales se sabía que IU, con total seguridad, sería la fuerza que más votos aportaría a Sumar, seguida de Más Madrid -que recogía también votos de simpatía al extinto Más País en otras regiones.
En conclusión, lo más significativo es que la composición de la lista supuso un castigo directo a IU -que por primera vez en la historia se queda sin representación en Europa, y a Más Madrid, y un premio incomprensible a los Comunes catalanes, que desde la propia creación de Sumar han controlado la coalición junto a Yolanda Díaz. En este caso agravado por el escaso resultado y ser la única Comunidad importante donde Podemos ha obtenido más votos que Sumar. 
Si a una fuerza se la humilla y margina, como ha sido el caso de IU ¿se le puede pedir a su afiliación que participe entusiásticamente en la campaña electoral? ¿que peguen carteles, que sean apoderados, etc.? Respecto de la campaña en sí un par de detalles. En Cataluña y en Comunidad Valenciana, junto al logo de Sumar aparecían los de los Comunes y Compromís respectivamente. En la región madrileña, como en el resto, no aparecía el de Más Madrid, ni IU, ni nada. Carteles solo con la foto de Yolanda Díaz y de la candidata ocupando todo el espacio y, en una pequeña esquina, el único logo de Sumar. 
Tenemos a la mejor ministra de Trabajo de los últimos ochenta años, pero una exigua cúpula ha querido construir una nueva organización marginando a los partidos que le han dado base y estructura, el esqueleto y músculo de la nueva entidad. Así no se va ninguna parte. Esperemos que en septiembre se empiece, de verdad y desde cero, a construir democráticamente, de abajo hacia arriba, una nueva entidad, un frente amplio o como le quieran llamar.

3 comentarios:

  1. Un análisis necesario y que no he visto en ninguna otra parte

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  2. Una reflexión muy necesaria, espero que estás sugerencias lleguen a buen puerto

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  3. Aunque los cálculos puede haber discrepancias, es cierto que la reflexión es muy buena. Después de tanto tiempo de no aparecer la marca Izquierda Unida en solitario, mucha gente del electorado joven no la conoce ya; y creo que sería menores los cálculos realizados. Ahora bien, esto no significa que se los lleve otro partido de Izquierdas. Comparto por completo de que "Tenemos a la mejor ministra de Trabajo de los últimos ochenta años, pero una exigua cúpula ha querido construir una nueva organización marginando a los partidos que le han dado base y estructura, el esqueleto y músculo de la nueva entidad. Así no se va ninguna parte. Esperemos que en septiembre se empiece, de verdad y desde cero, a construir democráticamente, de abajo hacia arriba, una nueva entidad, un frente amplio o como le quieran llamar." Pero dudo mucho que los resabios y resentimientos de los dirigentes construyan algo que interese a las bases. Habrá que esperar un cambio de ciclo o de década; o quizás, ser valientes y construir algo nuevo que lo supere.

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