28 de septiembre de 2013

Por un programa de mínimos ¿o de máximos? en el 15M


Uno de los aciertos del movimiento social 15M que facilitó su éxito inicial fue resumir en 3 o 4 reivindicaciones sus propuestas, ideas-fuerza simples y breves. Igual ocurrió con otros movimientos anteriores. Hace diez años fue el “No a la guerra” (febrero y marzo 2003) que impulsó con una sola frase las mayores movilizaciones sociales de la historia, con millones de personas en la calle. Para avanzar en una movilización hay que dar machaconamente, “golpear en el  mismo clavo”, repetidamente, para que la idea penetre en la sociedad. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y su no a los desahucios nos lo acaban de mostrar. Las palabras vivienda-desahucios-dación en pago se asocian inevitablemente a la PAH y han conseguido que la mayoría social les apoye.

En el caso de movimientos sociales y políticos amplios, que quieren construir una sociedad diferente, esto es más complejo. No basta decir no a algo, “no a la crisis”, o “la banca y los políticos son los culpables”, por muy acertados que sean estos slogans son insuficientes. Porque no se está solo en el NO, en la denuncia contra lo que hay o lo que se quiere imponer. El 15M lo tuvo difícil desde el principio porque quiere, nada menos, que construir una sociedad diferente. A diferencia también, por ejemplo, de las mareas ciudadanas (blanca, verde,…) que defienden básicamente el conservar los derechos adquiridos en el Estado de Bienestar y luchan para que no se desmantelen los servicios públicos de sanidad, educación, etc. Son sobre todo movimientos de resistencia y monotemáticos. 

Pero el 15M se construye como movimiento político-social apartidista pero global. En mayo de 2011 se acertó en sumar a la crítica contra  la crisis tres ideas unitarias y movilizadoras: no a la corrupción, listas abiertas en las elecciones, separación de poderes. En palabras de uno de los manifiestos convocantes de Mayo’11: “1- Reforma de la Ley Electoral para que todos los votos de todos los ciudadanos de España, vivan donde vivan, cuenten igual en el reparto de escaños. 2- Verdadera separación de poderes: independencia total de la Justicia del poder político… 3- Regeneración política: listas abiertas, supresión de la financiación pública de los partidos políticos, inhabilitación perpetua para cargos públicos condenados por corrupción…”. En las acampadas iniciales en las plazas también se habla de “cuatro puntos básicos” iniciales, que eran los tres anteriores más la “democracia participativa” como acertada ampliación del tercero. A partir de ahí se construyeron programas con bastantes más propuestas concretas, útiles para profundizar en lo que se quería (banca pública, vivienda, etc.) pero que también fueron contribuyendo a ir diluyendo la imagen del movimiento en un crisol de propuestas, programas y reivindicaciones de otros movimientos sociales.

Ahora toca, no una vuelta nostálgica a los 4 puntos básicos, sino una revisión y actualización de esos puntos. Pasados dos años y medio y precisamente cuando se acercan convocatorias electorales pero que todavía hay bastante tiempo para una discusión sosegada. Que lleve al 15M a una identificación, que cuando se oiga “15M” la gente piense “estos son los que quieren…xx”. El espíritu actual del 15M también se podría resumir en unos pocos puntos mínimos. Unitarios y generales. Luego cada asamblea y cada opción política desarrollará ampliamente lo que quiere para su localidad o zona, como de hecho se viene haciendo desde hace bastante tiempo pero de forma dispersa. Busquemos, no como a veces se dice el “mínimo común múltiplo” de diferentes organizaciones y partidos, sino más bien, si se me permite la expresión matemática, debemos buscar el máximo común divisor (de números enteros es el mayor número que los divide sin dejar resto), es decir busquemos el máximo de lo que nos une y luchemos por ello. Como punto de partida seamos ambiciosos, por lo unitario-transformador. Después la realidad nos dirá lo que podemos o no conseguir.

Muchas asambleas del 15M están en este debate, de plantear y exigir públicamente un programa de mínimos. Ver, por ejemplo, el foro-blog del 15M   http://foro.tomalosbarrios.net/ En concreto en la Sierra de Guadarrama (Madrid) podemos ver varios debates recogidos en este Foro. Por ejemplo, uno ampliamente transcrito en el acta de mayo de la asamblea 15M de Villalba: http://foro.tomalosbarrios.net/viewtopic.php?f=91&t=3044&p=5428#p5428 Debate realizado para responder a las preguntas planteadas sobre estos mismos temas en la coordinadora de asambleas APM (Asamblea Popular C. de Madrid). En este caso se consensuó que, ante las próximas convocatorias electorales: 1, el 15M no se presentará como un partido o candidatura electoral, pero, 2, llamará  a la participación  votando, NO se apoyará la abstención (ni el voto en blanco, que en la práctica siempre beneficia a la derecha o a los partidos mayoritarios); 3. SI a exigir un programa de mínimos a los que concurran a las elecciones, y 4, este programa (del 15M) se elaborará recogiendo propuestas entre el vecindario, en la calle, debatiéndolas y haciéndolas públicas, para que cada opción electoral “se retrate” públicamente, diga qué acepta (y qué no) de los planteamientos recogidos por  la ciudadanía y planteados por el 15M.  

Sugiero, como parte de este debate, plantear cuatro puntos básicos generales e irrenunciables, que sean marca del 15M (y de quien quiera asumirlos):


  1. Renta básica universal garantizada para toda la población que no tenga empleo u otros medios de subsistencia. El empleo para todxs solo será posible trabajando menos horas, es decir reparto del trabajo. Esto supone que toda la población tiene derecho al empleo y el que no lo tenga se le debe garantizar unos ingresos mínimos por parte del Estado.
  2. Garantizar el derecho a la Vivienda a toda la población.
  3. Servicios públicos universales y gratuitos garantizados, cumpliendo la Constitución española: Educación, Sanidad, Justicia,…
  4.  Regeneración democrática. Legislar de verdad en: transparencia total (garantía contra la corrupción), listas abiertas electorales, voto igualitario en todo el Estado, democracia participativa y directa.  
En definitiva todo el ideario se podría resumir en: empleo-renta básica, vivienda y servicios públicos para todxs, regeneración democrática, transparencia y democracia participativa.  A algunos les puede parecer poco, pero es mucho, muchísimo, para la mayoría. Conseguir esto hoy sería toda una Revolución Democrática.

Tomás Alberich (septiembre 2013)


2 comentarios:

  1. Hola Tomás, me ha gustado especialmente este artículo. Si de verdad se tomasen en consideración estas 4 propuestas (Renta básica, Derecho a la vivienda, Servicios públicos y Regeneración democrática), muchas cosas cambiarían en este país.

    Deberían leer estas propuestas, más de uno.

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  2. Hay objetivos que no son viables en el marco de un solo país. Su formulación debería ser en un marco europeo (mundial es más difícil en la actualidad). Ello no elude que se persigan en países concretos, pero a sabiendas de que si no prosperan en el conjunto de la UE será más difícil conseguirlos o mantenerlos. Las elecciones europeas son un buen momento para plantearlos.
    Han de ser objetivos ilusionantes y alcanzables, en los que pueda haber un consenso muy amplio de la población porque su consecución beneficie a la gran mayoría, directa o indirectamente. Además de su consenso mayoritario han de ser económicamente viables, es decir, hay que garantizar su financiación. Toda propuesta debería incluir los medios para implementarla, de modo que no sea un brindis al sol. Aún así no serán nunca fáciles de conseguir. Si se hicieran realidad los puntos 1, 2 y 3, a los que aludes, pocos ciudadanos optarían por un empleo remunerado que les exija preparación previa y sacrificio diario. El mundo laboral actual no es ningún edén.

    1. Renta básica. La “renta básica universal” como su nombre indica se daría a todos los ciudadanos con independencia de sus ingresos o capital. Si nos referimos solo a las personas que no dispongan de medios de subsistencia sería más adecuado hablar de “renta mínima de inserción”. En mi opinión ha de ponerse el acento en promover la reducción de jornada (objetivo a nivel europeo) e incentivar el reparto de empleo. Altas tasas de paro solo benefician al sector menos competitivo de las empresas, pero no a la economía en su conjunto, ni a la cohesión social.
    2. Derecho a la vivienda. Han de proponerse medidas concretas de avance en la consecución de ese objetivo, para que no quede en un enunciado genérico y poco operativo. Penalizar la existencia de vivienda vacía y gravar más a la segunda vivienda. Fomentar el alquiler. Promover la vivienda comunitaria, que exige menos inversión y fomenta el tejido asociativo. El modelo de la residencia universitaria con servicios colectivos sería muy adecuado para los jóvenes y podría extenderse a otros segmentos de población.
    3. Servicios públicos universales y gratuitos garantizados. Habría de añadirse que sean de calidad, pero ¿quién los pagaría si además hemos de garantizar renta básica y vivienda para todos? Es otro de los objetivos en el que se debe avanzar a nivel europeo. Particularmente importante es garantizar la igualdad de oportunidades, las ayudas a las familias de rentas bajas con hijos menores.
    4. Regeneración democrática. La perversión de la democracia se produce porque hay un caldo sociocultural que la hace posible. La democracia no es solo un catálogo de derechos que se puedan ejercer, con ser esto importante. Ha de haber una corresponsabilidad de todos en la cosa común, lo cual exige un compromiso democrático a cada ciudadano. En nuestro libro de contabilidad con la sociedad tendemos a llenar la parte de lo que aquélla nos debe y dejamos vacía nuestra contraprestación. Creo que los problemas de España y de Europa exigen primero la regeneración democrática de las personas, no solo el cambio de las leyes.

    Como lo que comentas en tu artículo es un enunciado de propuestas mínimas se podrían añadir otras. A mí se me ocurre una transversal referida al carácter de sostenibilidad que debe orientar cualquier propuesta. Es un concepto que habría que desarrollar y concretar en cada caso.

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