La
trayectoria política de Pablo Iglesias ha estado marcada por la
sobreexposición
a lo público y a los medios de comunicación. Desde 2014, que se
embarca en la construcción de Podemos, este protagonismo se
multiplica y busca persistentemente salir en los medios de
comunicación, también como forma de hacer la “nueva política”
de la transparencia; pero que indudablemente obedece a una
personalidad propia, ególatra o no, que desea esa permanente
sobreexposición mediática. En poco tiempo consigue más de un
millón de seguidores tuiteros y a menudo envía videos de
características muy personales. Muchos grabados en su propia casa,
incluso me han llegado videos enviados por Pablo hablando con su
animal de compañía explicándole cosas…
La
política espectáculo permanente
En
las últimas décadas del siglo pasado cristalizó dentro del
feminismo la conocida máxima de “lo
personal es político”.
“El ámbito privado se revela en ese momento como espacio de
generación y perpetuación de desigualdades y, por tanto, también
como espacio de acción en la lucha feminista” (Pedro Porta y
Florencia Musante, 2016).
Se
plantea que debe existir una cierta coherencia entre la vida
cotidiana, las relaciones familiares, el trato a los demás y la
forma de vivir. Pero considerar que lo personal también es político
no significa hacer de tu vida personal un espectáculo. Ni tampoco un
exhibicionismo por el que se quiere liderar a “los de abajo”
mostrando una forma de vida alternativa a la de la burguesía o de la
casta. Si luego no cumples con ese ideal alternativo (que debería
ser monacal para algunos) no te puedes quejar porque te critiquen.
Incorporar
los aspectos de la vida cotidiana a la política es necesario, pero
no significa exhibirte permanentemente. Hay puntos intermedios, como
lo han hecho otros muchos dirigentes políticos, alcaldes del cambio
incluidos, que han procurado mantener un perfil público de su vida
personal lo más bajo posible. Al igual que entre vivir en un humilde
piso vallecano y comprarse una mansión también hay otras
posibilidades. Aquí se puede aplicar la máxima de que en el punto
medio está la virtud.
Personalmente
pienso que lo del mega chalet ha sido un error, pero que lo peor han
sido los pasos siguientes, que lo han agrandado infinitamente y han
mostrado la debilidad de una organización dirigida autoritariamente.
El
problema no es la compra de una casa, el problema es el
exhibicionismo, la falta de coherencia y, sobre todo, el tipo de
liderazgo creado y la falta de democracia interna.
Desde
hace cuatro años, primero como europarlamentario luego como
aspirante a Presidente de Gobierno, Pablo Iglesias Turrión (PIT)
cada dos o tres días quiere ocupar las portadas de los medios. En
octubre pasado me preguntaba: ¿no hay nadie que pueda hablar con
Iglesias y le aconseje dejar de decir algunas cosas?, Afirmaciones
del tipo de Pedro Sánchez aspira ahora a "ser vicepresidente de
Rajoy", o “Rajoy no ha suspendido la Generalitat, ha
suspendido la democracia" con el art 155. En pocos años
Iglesias pasó de comunista antisistema a decir que Podemos defendía
un programa solo socialdemócrata y que él hablaba frecuentemente
con Zapatero para recibir consejos. Y, al poco y pasadas las
elecciones de 2015, volver al radicalismo.
¿Se
puede estar siempre instalado en la política espectáculo? ¿Buscando
el titular más ingenioso cada día? ¿Piensa el Sr. PIT que así
aumentará los votos o solo su ego? Con facilidad se puede pasar del
ingenio a la gran
boutade
y de esta a la gran tontería.
Su
trayectoria política está además marcada permanentemente por la
mezcla de lo político con lo personal. Sucesivas parejas encumbradas
o defenestradas. Juego de Tronos que tanto le gusta. Con esa
sobreexposición y exhibición permanente, desde lo más personal
hasta lo más transcendental, se sorprende ahora Iglesias de que los
medios de comunicación del corazón, en los que también ha
participado, y los de la intoxicación de las cloacas, se hallan
tirado juntos a degüello.
Echar
la culpa de todo lo que ha pasado en los últimos días al mensajero,
al profesional de las cloacas, solo sirve para dar publicidad al
sujeto, aumentar egos respectivos y errar el tiro. El chalet y sus
incoherencias derivadas habrían salido en los medios, antes o
después. Desde luego en este país hay problemas que nos preocupan
más que si Pablo e Irene compran o dejan de comprar, hipotecándose
hasta las cejas. Lo peor es convocar un referéndum para que sean
todos los adscritos a Podemos los que digan si les parece bien o mal.
De
nuevo, un referéndum manipulado
Recientemente
se preguntaba a la afiliación de Podemos que respondiera sí o no a
varias cosas, pero en una sola pregunta. Otra vez, como en anteriores
consultas: en abril la dirección preguntaba a toda la afiliación
sobre si se estaba de acuerdo en, 1, ir en confluencia con otras
fuerzas políticas para los comicios de 2019 y 2, con la denominación
de “Podemos” presente en la confluencia o coalición a presentar.
Para las dos cosas solo se podía responder con un solo sí o no
global. Los que quisieran ir a la unión con otras fuerzas y no les
importara el nombre a presentar ¿Qué tenían que votar? (Aspecto
que ya hemos comentado anteriormente
http://tomasalberich.blogspot.com.es/2017/09/errores-de-izquierda-ii_7.html)
Pero
ahora PIT sobrepasa lo imaginable... Se pregunta a la vez si Pablo
Iglesias e Irene Montero siguen en sus responsabilidades o deben
dimitir de todo y a la vez. Pablo convoca a toda la afiliación por
su propia decisión personal. En una carta (en otra ocasión)
indicaba que “había decidido” convocar un referéndum a toda la
militancia sobre pactos... Él solito decide convocar a todas las
personas adscritas. Ahora lo mismo pero decidido por dos. Primero lo
anuncia en todos los medios de comunicación (sábado pasado). Luego
convoca a los órganos del partido para que ratifiquen
lo que ya se ha anunciado. Según lo publicado “la Ejecutiva ha
avalado la consulta” el pasado lunes ¿Qué margen de decisión le
quedaba a la Ejecutiva de Podemos, no digamos ya al Consejo Ciudadano
estatal? El bonapartismo PIT decide y los órganos ratifican. Los
dirigentes críticos anuncian que se abstendrán en la consulta por
considerarla “innecesaria” o “excesiva”. No tienen la
valentía suficiente para pedir el voto negativo, o, simplemente
piensan que el daño está ya hecho y que si triunfa el no a la
pareja dirigente será peor para el partido. Pero abstención ¿de
qué sirve?
Como
siempre, la pregunta es el todo o nada. O estás conmigo o contra mí,
que tanto nos gusta a los españoles y mediterráneos. Otra
consulta-plebiscito a elegir entre el todo (seguimos los dos de jefes
supremos de Podemos, en la práctica con más poder aún) o la nada
(dimitimos y nos vamos a casa). No hay matices posibles. No hay
grises.
Habrá
afiliación que crea que son dirigentes prescindibles, pero que, por
ejemplo, deberían seguir con su labor parlamentaria, magnífica en
la mayoría de los casos. Y que, por su incoherencia, no debería
dirigir al Partido. Pero no, eso no se pregunta. O lo dirijo todo o
me voy al paro.
Ni
siquiera se pregunta por separado: también habrá quien piense que,
por ejemplo, Irene lo está haciendo muy bien y que quien debería
dejarlo es el líder supremo, o al revés. Pero no, la pregunta es
única: o los dos de jefes o ninguno. Presentado así por Pablo no
deja de ser un poco machista.
¿No
hay otros problemas más importantes en España que movilizar a la
afiliación para que decidan si les parece bien la compra de la mini
mansión? Con un PP enfangado en la corrupción hasta las cejas, el
engaño y la parálisis institucional; un Ciudadanos envuelto en la
bandera rojigualda, azuzando el nacionalismo patriotero más casposo,
quitándole el voto ultra al PP; un President de la Generalitat
provocador y un PSOE aparentemente moderado, que no sabe no contesta,
que un día habla de dialogo y otro dice que el President es el Le
Pen de acá, y que parece que quiere ganar las elecciones como el No
Presidente: esperando a que los adversarios se peguen entre ellos.
Con todo esto encima, los dirigentes de Podemos se lanzan a la
consulta interna, a mirarse el ombligo. Solo la presentación de una
moción de censura por el PSOE nos sacará del marasmo y el
ensimismamiento.
Podemos
tiene un grave problema de democracia interna, cuando un dirigente
puede convocar referéndums cuando le da la gana, sin ni siquiera
reunir previamente a su ejecutiva o al Consejo Ciudadano estatal.
¿Por
qué la convocatoria? Qué mentalidad tiene una persona que no
soporta ninguna crítica interna... o que cada vez que recibe una su
respuesta es “me voy y lo dejo todo, si no soy reelegido Secretario
General”, lanzado hace apenas un año frente a las críticas y a la
posibilidad de derrota frente a Errejón. En ese momento la
afiliación de Podemos tuvo que aguantar la campaña de que si Pablo
se iba el proyecto se hundía, desaparecía.
Tal
es también la concepción de la política de algunos sesudos
profesores activistas, excompañeros de mi Facultad: vi a Monedero y
a Vestringe decir públicamente, casi al unísono, que “si Pablo se
va” el proyecto de Podemos “no dura dos semanas”, decía uno o
“se disolvería al día siguiente” decía el otro. Tal es la
confianza que tienen en la organización estatal que han ayudado a
crear y que cuenta con decenas de miles de activistas. ¿Va a
desaparecer porque se vaya el líder supremo? No lo creo, más bien
al contrario. Errejón ha permanecido como número dos del partido
durante años, luego relegado a Madrid por intentar encabezar la
organización. Él puede ser el nº 2 o el 20, PIT ¿solo puede ser
el 1 o irse a casa?
“El plebiscito chalet sí, chalet
no, Pablo sí o no, líder sí o no, confirma la línea bonapartista
de Iglesias desde el primer Vistalegre, que también planteó como un
plebiscito: o sale mi opción o me voy”. Editorial de CTXT que
suscribo completamente. Solo un matiz, los votos de Podemos
http://ctxt.es/es/20180516/Firmas/19690/pablo-iglesias-irene-montero-casa-podemos.htm
Los votos
En las elecciones generales de 2016, el
grupo parlamentario de “Unidos Podemos” se conforma con la suma
de los partidos Podemos, Izquierda Unida, Equo, En Marea, Cataluña
en Común y otros partidos menores que concurrieron juntos a las
elecciones. En total obtuvieron exactamente cinco millones de votos.
En las elecciones anteriores de 2015 casi los mismos partidos, sin
Izquierda Unida, obtuvieron prácticamente el mismo resultado (el
famoso millón de votos perdido). Podemos nunca ha obtenido cinco
millones de votos por sí solo, como se empeñan algunos en repetir.
Por no hablar de las encuestas en que, desde 2015, el voto directo a
Podemos cae sucesivamente, y PIT es el 2º dirigente político
estatal peor valorado (mientras que Garzón es el 2º mejor
valorado).
Lo que sí se puede decir es que
actualmente Pablo Iglesias preside un Grupo Parlamentario del que
forman parte partidos que sumaron en total cinco millones de votos.
Que es algo bastante diferente.
En cualquier caso, cuente con los votos
que cuente, Podemos por sí solo es una fuerza política fundamental
en el tablero político y para la izquierda. Ha dirigido con bastante
acierto los procesos de confluencia de progresistas e izquierdas
diversas y, a pesar de lo que digan algunos y deseen muchos otros,
seguirá existiendo después del plebiscito.
¿Cuántos votos va a perder Podemos
por la incoherente compra? Muchos. ¿Y por el plebiscito impuesto?
Algunos más. El desánimo y la frustración de bastantes seguidores
es patente. La organización entra y sale fracturada del referendo,
por el empeño del dirigente en ponerse por delante del colectivo.
Sea cual sea el resultado. Pero si triunfa arrolladoramente el sí
puede ser utilizado para aumentar aún más la dirección de tipo
caudillista.
La crisis está abierta, pero también
podría servir para una catarsis que consolide la organización y la
democratice internamente (si el resultado es equilibrado), revisando
cual es el papel de los dirigentes (se podrían acordar un poquito de
lo que se decía en el 15M). Puede, incluso, salir con más fuerza a
medio plazo. Sobre todo si la actual pareja dirigente,
paulatinamente, se va haciendo a un lado.
Totalmente de acuerdo, a este paso dentro de poco tendremos nuevos vídeos de "En tu casa o en la mía" con Pablo e Irene
ResponderEliminarCoincido en tu análisis. Yo creía que estas incoherencias tardarían más tiempo en manifestarse. Ha sido una torpeza que -en un líder tan personalista y tan acostumbrado a dar lecciones a los demás- demuestra la incoherencia entre lo que se predica y lo que se és.
ResponderEliminarDe verdad que lo siento, sobre todo por Izquierda Unida, que creo, debería de replantearse -mas allá de lo estratégico- si no sería el momento de tomar su propio protagonismo en la izquierda ensombrecido ahora, por el despliegue mediático de "Podemos".