Resultados electorales
Alberto
Garzón: ....en pocos sitios, muy pocos, se concluyó con candidaturas que
aglutinaban a la totalidad de los sujetos políticos contestatarios del territorio
en cuestión. En definitiva, los procesos no han sido nada fáciles y han estado
cruzados por ingentes obstáculos de distinta naturaleza (jurídicos, materiales,
metodológicos… pero casi nunca, por cierto, político-programáticos).
Tras los resultados y con este complejo puzle
es fácil que cada cuál encuentre un hábil argumento con el que justificar una
prejuiciosa posición sobre la unidad popular o sobre el tipo de unidad popular
necesaria. Y eso ocurre incluso aunque se trabaje con votos y, por lo tanto,
con números que conceden a nuestras ideas la siempre elegante apariencia de
rigurosidad. Pero los economistas bien sabemos que los datos pueden siempre
torturarse hasta que confiesen lo que nos apetece. http://blogs.publico.es/economia-para-pobres/2015/06/01/la-unidad-popular-es-el-unico-camino/
Nos quejábamos de las
mayorías absolutas y ahora los medios de comunicación-desinformación nos amenazan
con la “inestabilidad” permanente, con la política del miedo al desgobierno,
con la necesidad de reformar la ley electoral para hacerla más presidencialista
y menos proporcional. Como si tener que pactar y consensuar fuera algo
negativo, cuando en realidad la mayoría de la población de lo que está es harta
de aguantar mayorías absolutas, y numerosos gobiernos locales y regionales han
funcionado perfectamente en coaliciones de gobierno. Pero la realidad se ve en
los grandes medios de comunicación desde la óptica capitalina madrileña
conservadora, en donde lo absoluto siempre ha dado más tranquilidad, más
seguridad, especialmente para los conservadores del poder.
Teniendo en cuenta lo que
dice Garzón y, sin querer retorcer los datos, nos aventuramos a sugerir algo que
los resultados electorales nos muestran:
1. Las votaciones han sido
especialmente positivas para la izquierda en los sitios donde han presentado candidaturas unitarias, sin
siglas partidarias (Madrid,...) o con ellas pero solo en segundo plano
(Barcelona, Zaragoza, mareas atlánticas, etc.). El cambio en la mayoría de las
grandes ciudades españolas es imparable e histórico. Muestra, como siempre ha
sido en la historia, un cambio de tendencia, un camino y una estrategia a
seguir.
2. La gente no perdona las
peleas internas cuando estas se hacen públicas y permanentes. Para Izquierda
Unida en Madrid, Extremadura, Jaén, etc. los resultados han sido desastrosos ¿Cómo
podrían gobernar si no son capaces de gobernarse a sí mismos? Se habrán planteado
los votantes.
3. En el caso de la Comunidad de Madrid el
desastre ha sido tal que también hemos visto que las estrellas ya no valen: los Sabina, Miguel Ríos, Almodóvar, jueces-estrella
como Baltasar Garzón, etc. todos apoyando a Garcia Montero y el resultado
desastroso. Los líderes y famosos de los años 80 y 90 a lo peor es que ya no dan
votos.
Después de la hora de la
verdad (votar) llega la segunda hora de la verdad: pactar o no pactar.
Sería bueno aprender de los
resultados electorales y que el interés por la unidad se manifestara ya, mediante
acuerdos en la votación para Alcalde/esa. En los cientos de municipios donde
los concejales que están por el cambio están en diferentes grupos municipales,
se acordara votar a la misma persona, acordaran votar como alcalde a la
candidatura que haya tenido más votos dentro de esas opciones. Es decir que si
hay concejales de candidaturas diferentes, auspiciadas por IU, Equo, Podemos,
Ganemos, etc. se pongan de acuerdo para votar a la candidatura de estas
opciones más votada, e inmediatamente invitar al PSOE a que se sume a esta
opción. Esto, en todos los casos, mostraría: 1º que se está en contra del PP,
del partido de la corrupción, como aspecto más básico y 2º que se está por la
unidad y por el cambio de ciclo político. Mediante pactos escritos firmados o
sin ellos: con un simple acuerdo público puede ser suficiente. Mostrar a la
ciudadanía que se está de verdad por el cambio y la unidad progresista, por
encima de personalismos y protagonismos partidarios.
Cada partido hace sus cábalas
en el análisis de sus resultados y casi nadie admite que han sido un rotundo
fracaso, salvo UPyD que no le queda más remedio. IU dice que ha obtenido
mejores resultados municipales que en 2011 porque tiene más concejales. Pero,
con todos los respetos, no es lo mismo un concejal en Bollullos del Condado que
en Madrid, Valencia o Cáceres. No es una cuestión urbanita, es que si
desapareces de las ciudades desapareces del mapa y es que no es lo mismo un
concejal al que han votado un centenar de personas que uno que ha necesitado
decenas miles de votos para obtener el Acta, simplemente no representan lo
mismo. Y, por otra parte, Podemos solo no puede. Sabe que no pueden ser ellos
solos los que dirijan el cambio social.
Así las cosas o se crea la
unidad o el declive está asegurado. Se puede ser organización político-social,
tener un espacio ideológico, como tienen Equo o el PCE, y, simplemente, no
tener espacio electoral. No es lo mismo y más con las reglas electorales
actuales que siempre castigan a las minorías. Cientos de miles de votos se han
ido a la papelera. Miles de personas han votado a Luis Garcia Montero (IU-CM) y
el mínimo del 5% provoca que o sacas 6 diputados o cero. Muchas de esas
personas no van a votar en las generales a opciones que están en el borde de
ese listón, en el filo de la navaja. En la inmensa mayoría de las provincias
españolas se van a decantar por el voto útil en las próximas elecciones
generales. La legislación electoral se tenía que haber cambiado cuando hubo
gobiernos en minoría (estatales o autonómicos) y no se hizo. PP-PSOE-CiU,... no
lo han hecho antes, menos lo van a hacer ahora que ven peligrar sus mayorías. Toca
unirse y sumar para las candidaturas.
La necesidad de creación de ASAMBLEAS CIUDADANAS
La unión no significa
desaparición. Y la unidad hay que construirla desde abajo. Si es por arriba,
con un simple acuerdo de las cúpulas, puede ser efímero e inestable, aunque
también sea necesario caminar en esa dirección por la excepcionalidad del momento
y la proximidad de las elecciones. La opción más plausible y necesaria, además
de rápida, es la creación de Asambleas Ciudadanas unitarias en cada localidad. Activadas
por todas las personas que han participado o simpatizan con las opciones
progresistas y por el cambio. La primera misión de estas Asambleas sería apoyar
y controlar a los nuevos grupos municipales, desde la asamblea abierta a toda
la ciudadanía, con transparencia y respetando la diversidad, las diferencias de
cada partido y posición ideológica. Que se deben respetar pero que deben quedar
fuera de la Asamblea
(como se hizo en el 15M). La unidad en lo concreto: qué queremos para nuestro
pueblo/barrio/distrito siempre será más fácil, posible y útil que una supuesta unidad ideológica.
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